1.- En este momento de confinamiento pregúntate que es lo que a ti te interesa.
2.- No es hacer cualquier cosa, es pensar en lo que de verdad te importa y qué es lo que te interesa.
3.- Para que las situaciones agradables se vayan fijando en nuestra memoria.
4.- Para que las reconozcas, las atiendas, las disfrutes, es fundamental darles un nombre.
5.- En el momento que le des un nombre el cerebro hace suya esa emoción, despierta tu yo ejecutivo.
6.- Ya no es una sensación amorfa que pasa sin ser notada, es algo que puedes guardar con un nombre y que puedes manejar, a través de ese nombre.
7.- Nuestro vocabulario para las emociones agradables es amplio, mucho más que el de las emociones negativas.