
1.- Dirige tu mirada a un paisaje, a un objeto, a un color… y míralo con tranquilidad, sin prisa…
2.- Si viene algún pensamiento, sin dialogar con él, déjalo pasar y vuelve a llevar tu atención a tu vista, a tu mirada.
3.- Deja que lo que estás mirando te llegue con suavidad a tu conciencia.
4.- Sin decirte nada, sin juzgar si lo estás haciendo bien y esboza una sonrisa.
5.- Tras una pequeña pausa en la que puedes cerrar los ojos con suavidad y darte cuenta de tu respiración… Enfoca otro objeto o detalle.
6.- De repente te darás cuenta de distintas sensaciones sin haber hecho ningún esfuerzo y sin haber pensado en nada.
7.- Te darás cuenta de un agradable y verdadero descanso…
8.- Y…Cuando sientas preocupación, tristeza, desagrado…
9.- La atención en el sentido de la vista te ayudará a alejar de tí esos pensamientos tan perturbadores y te encontrarás mejor y más descansado y descansada.